Guando se diga: "Paz y Seguridad,"(1 Tesalonicenses 5, 2 -3)
Sabéis bien que el día del Señor llegará como ladrón en la noche. Guando se dicen: "Paz y seguridad," entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores del parto a la preñada, y no escaparán.
1 Tesalonicenses 4, 1 - 5, 11 (Biblia Nacar-Colunga)
La vida que agrada a Dios
4, 1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y amonestamos en el Señor Jesús que andéis, según lo que de nosotros habéis recibido acerca del modo en que habéis de andar y agradar a Dios, como andáis ya, para adelantar cada vez más.
2 Bien sabéis, en efecto, los preceptos que os hemos dado en nombre del Señor Jesús.
3 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os abstengáis de la fornicación;'
4 que cada uno sepa tener su cónyuge en santidad y honor,
5 no con afecto libidinoso, como los gentiles, que no conocen a Dios;'
6 que en esta materia ninguno haga injuria a su hermano, porque vengador en todo esto es el Señor, como antes os lo dijimos y atestiguamos;'
7 que no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad.
8 Por tanto, quien estos preceptos desprecia no desprecia al hombre, sino a Dios, que os dio su Espíritu Santo.
9 Tocante a la caridad no necesitamos escribiros, porque de Dios habéis sido enseñados cómo habéis de amaros unos a otros
10 y practicáis esta caridad con todos los hermanos que hay en toda la Macedonia. Todavía os exhortamos, hermanos, a progresar más,
11 y a que os esforcéis por llevar una vida quieta, laboriosa en vuestros negocios y trabajando con vuestras manos como os lo hemos recomendado,
12 a fin de que viváis honradamente a los ojos de los de fuera y de nadie tengáis necesidad"
La venida del Señor
13 No queremos, hermanos, que ignoréis lo tocante a la suerte de los que duermen, para que no os aflijáis como los demás que carecen de esperanza.
14 Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, así también a los que se durmieron en Jesús los llevará Dios con EL
15 Esto os decimos como palabra del Señor: que nosotros, los vivos, los que quedamos para la venida del Señor, no nos anticiparemos a los que se durmieron;'
16 pues el mismo Señor, a una orden, a la voz del arcángel, al sonido de la trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero;'
17 después nosotros, los vivos, los que quedamos, junto con ellos, seremos arrebatados en las nubes, al encuentro del Señor en los aires,
18 y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
5, 1 Cuanto al tiempo y momento preciso, no hay, hermanos, por qué escribir.
5, 2 Sabéis bien que el día del Señor llegará como ladrón en la noche.
5, 3 Cuando se dicen: "Paz y seguridad," entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores del parto a la preñada, y no escaparán.
5, 4 Cuanto a vosotros, hermanos, no viváis en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como ladrón;'
5, 5 porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.
5, 6 Por consiguiente, no durmamos como los otros, antes bien, velemos y vivamos sobriamente.
5, 7 Los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
5, 8 Pero nosotros, hijos del día, seamos sobrios, revestidos de la coraza de la fe y de la caridad y del yelmo de la esperanza en la salvación.
5, 9 Que no nos destina Dios a la ira, sino a la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
5, 10 que murió por nosotros para que, en vida o en muerte, vivamos unidos a El.
5, 11 Así, pues, consolaos mutuamente y edifícaos unos a otros, como ya lo hacéis.